Los orígenes de la raza de perro boloñés son muy antiguos, e incluso se dice que era adorado por las matronas romanas; aún hoy podemos admirar numerosos jarrones y cerámicas de la época que lo representan junto a sus dueños. Su origen pertenece al grupo de los bichones, perros de compañía que descienden de aquellos pequeños perros que Aristóteles llamaba melitensi, que significa «nativo de Malta», que entre otras cosas se utilizaban en los barcos porque eran cazadores implacables de ratones.
Durante el Renacimiento tuvo su época dorada ya que era muy solicitado por la aristocracia: la familia Gonzaga, la marquesa de Pompadour, Catalina de Rusia, todos poseían ejemplares de esta raza. Cosme de Médicis llevó al menos ocho ejemplares de cachorros boloñeses como regalo a los nobles belgas.
Aunque la raza corrió el riesgo de extinguirse durante la Segunda Guerra Mundial, consiguió sobrevivir gracias sobre todo a los criadores italianos. De hecho, es bastante conocida en Italia, mientras que en el resto del mundo es casi desconocida.
Su nombre «boloñés» llegó alrededor del año 1200, cuando estaba muy de moda en las cortes nobles de la ciudad de Bolonia. En el ámbito del arte, muchos pintores han pintado a estos perros junto a sus maestros; pintores como Tiziano, Goya, Watteau y Abrabam Bosse. Incluso un poeta francés, Paul Scarron, escribió un libro sobre la boloñesa de su hermana.
Carácter de la raza de perro boloñesa
El boloñés es un perro de compañía por excelencia al que le gusta el confort, los mimos y la vida sedentaria. Tiene un hermoso carácter; dócil, obediente, alegre y juguetón, siempre busca a su amo para pasar tiempo con él. Es adecuado para familias con niños, y también para personas mayores, por su carácter tranquilo y sosegado, juguetón pero nunca intrusivo y poco exigente.
Es fácil de adiestrar porque es muy receptivo, brillante en el aprendizaje y con ganas de agradar; lo aprende todo con facilidad pero al mismo tiempo puede encontrar los puntos débiles de su dueño por lo que hay que «encuadrarlo» inmediatamente en la familia y educarlo y socializarlo con cuidado, para que no crezca mimado o neurótico.
Aunque se trate principalmente de un perro de compañía, muy sedentario, conviene educarlo a pasear con correa y acostumbrarlo a la presencia de perros y personas, para que se acostumbre a las más variadas situaciones, sobre todo si vive en la ciudad.
No es un depredador natural, por lo que se lleva bien con otros animales. También es un excelente centinela que hará oír su voz cuando sea necesario. Con los extraños suele ser sociable aparte de una fase inicial de inspección, luego juega y se abraza de buena gana.
Es un perro que sufre de soledad, por lo que si se queda solo durante muchas horas puede encontrar cosas para destruir. Si realmente no puedes hacer otra cosa, entonces deberías pensar en conseguir otro perro. Aunque no sean de la misma raza, se harían compañía y sufrirían menos la soledad.
Aspecto de la raza de perro boloñesa
El boloñés es un perro pequeño, un macho puede medir de 27 a 30 centímetros a la cruz y no pesar más de 4 kilogramos. El cuerpo tiene una musculatura firme y bien desarrollada; es un perro construido al cuadrado, lo que significa que la longitud del tronco es idéntica a la altura de la cruz.
El cráneo es casi ovalado y es bastante plano en la parte superior. La trufa es negra y voluminosa, los ojos son grandes, redondos y negros y a menudo están ocultos por mechones de pelo, las orejas son largas y caídas y la marcha es orgullosa. La cola se pliega sobre la espalda.
Pero su principal característica es el pelo del manto; es largo en todo el cuerpo, puede formar tirabuzones, pero a veces es escamado y erizado. Sólo hay un color: blanco marfil.
Salud y cuidados de la raza de perro boloñesa
El boloñés es una raza canina que goza de una excelente salud, y no tiene ninguna predisposición particular a los trastornos genéticos. Los únicos problemas de salud que pueden encontrarse con cierta frecuencia son las oculopatías hereditarias y la luxación de rótula.
Es bastante longeva, alcanzando fácilmente los 14 años de edad. Es bastante exigente en cuanto al cuidado del pelaje. Necesita cuidados diarios para su pelaje, orejas y ojos. En particular, es el pelaje el que debe cepillarse a diario para evitar que se anude. Incluso los ojos, que tienden a lagrimear un poco, deben limpiarse a diario para evitar las antiestéticas manchas bajo los ojos. La boloñesa tiene una muda mínima.
Su pelaje es largo pero no le protege del frío ya que no es muy grueso, por lo que es útil ponerle una capa o un jersey en invierno para sus paseos diarios. Tolera mejor el calor, aunque hay que evitar sacarlo en verano durante las horas más calurosas.
En cuanto a la comida, siempre hay que preferir los alimentos de calidad. No es un perro que tienda a comer más de lo necesario, pero es aconsejable darle de comer dos veces al día para evitar que coma muy rápido con el riesgo de que se retuerza el estómago.