Este año es un año lleno de eventos extraordinarios en nuestros cielos, después de la superluna de principios de abril, a finales de abril habrá el paso de un asteroide y a finales de mayo el de un cometa.
El 29 de abril de 2020, un asteroide del tamaño del Everest llegará a la Tierra, pero a pesar de sus increíbles proporciones que lo convertirían en un peligro potencial, no representa un riesgo para la Tierra ya que se espera que pase más de 6 millones de kilómetros de nuestro planeta y a una velocidad de 8,7 kilómetros por segundo. Los científicos dicen que es más justo llamarlo un planeta pequeño porque una estimación aproximada ha definido su tamaño de un diámetro diminuto de 1,7 a 4 kilómetros. No es la primera vez que cruzamos este pequeño planeta, ya en 1998 fue visto por la Nasa que lo catalogó con el número 52768 o 1988 OR2. Este asteroide o pequeño planeta fue descubierto el 24 de julio de 1998 por Near Hearth Asteroid Tracking, conocido por el acrónimo NEAT. El NEAT es un programa dirigido por la NASA y específicamente por JPL que es el centro estadounidense líder para la exploración robótica del sistema solar y cuenta con 19 naves espaciales y 10 instrumentos principales que realizan misiones planetarias, de ciencia de la Tierra y de astronomía espacial. Sin embargo, también es constantemente monitoreada por la Agencia Espacial Europea con sede en Frascati que se encarga de monitorear los cuerpos celestes que pasan cerca de la Tierra y calcular su probabilidad de colisión con nuestro planeta. Según la Nasa, el pequeño planeta llegará a su alcance más cercano a la Tierra el miércoles 29 de abril a las 4.56 de la mañana (hora americana), a las 10.56 de la mañana, hora italiana, pero será invisible a simple vista, a lo sumo se volverá aparentemente tan brillante como una estrella y ver que tomará al menos un telescopio de 15 centímetros de diámetro. Después del sobrevuelo de la mañana usted será capaz de observar en la noche temprano alejarse de nuestro planeta y bajar y bajar en el horizonte.
El impacto en la tierra de un cuerpo celeste de este tamaño sería capaz de cambiar drásticamente el clima de todo el planeta, levantando cantidades de polvo que permanecerían en la atmósfera durante décadas, así como destruyendo el área de impacto durante cientos de kilómetros. En los últimos 14 años, 26 asteroides grandes han caído en la Tierra, pero la mayoría de los impactos son neutralizados por la atmósfera de la Tierra o ocurren en los océanos que cubren 70 de la superficie de nuestro planeta, y algunos afortunadamente remotos o escasamente pobladas. La última fue en Rusia en 2013. La caída de un gran meteorito que se desintegró en las capas inferiores de la atmósfera, causó una lluvia espectacular de escombros, con explosiones y senderos que arden en el cielo sobre los Urales y las regiones centrales de Rusia. Alrededor de 1.200 personas resultaron heridas en una región a unos 1.500 kilómetros de Moscú, unos 3.000 edificios resultaron dañados. Los fragmentos, según el Ministerio de Emergencias de Rusia, cayeron en una zona despoblada y principalmente los heridos se deben a la fractura de vidrio por explosiones causadas por la lluvia de meteoritos. Un administrador de la ciudad dijo que más de un millón de metros cuadrados de vidrio fueron destrozados.